Bajando las escaleras y dejando la bonita columna a nuestra izquierda, nos topamos de frente con la parte de este salón convertida en comedor. Se mantiene el mismo color azul intenso en uno de los laterales, volviéndose a mezclar con el color blanco, presente en todos los demás. El espacio es muy luminoso, ya que tiene un lateral lleno de ventanales. El techo es parcialmente inclinado, al estilo de una buhardilla, lo que genera un ambiente muy confortable. Este comedor tiene espacio para albergar una gran mesa con numerosas sillas. Los complementos de madera aportan el toque rústico tan buscado en esta vivienda.

Este gran salón tiene salida directa a uno de los porches de la vivienda, al que se puede acceder directamente desde la parte del ambiente convertido en sala de estar.

El suelo de piedra que se mezcla a la perfección con la tonalidad rojiza de las paredes y el techo con estructura de madera con vigas a través de las que pasa la luz crean un conjunto vivo y atractivo. A esto hay que añadirle las bonitas vistas de las que se puede disfrutar desde aquí.

Este espacio es muy amplio, con espacio para albergar mesas y sillas y nos comunica directamente con uno de los dormitorios. Esta parte está cubierta por vigas de madera pintadas de color verde, que combina muy bien con las tonalidades del ladrillo y las tejas del techo.

Seguimos hacia el otro lado del porche y nos adentramos en uno de los dormitorios. El ventanal, que ocupa una gran parte de uno de los laterales, proporciona una bonita iluminación y conecta a esta habitación con la naturaleza gracias a las maravillosas vistas y a la cercanía de la vegetación predominante en este lado del jardín, que casi roza la ventana.

La madera vuelve a ser la gran protagonista de un espacio rústico y muy acogedor. Ésta se mezcla muy bien con el suelo campestre de baldosa de un elegante color granate y juntos forman un equilibrado conjunto con las paredes claras y el techo blanco. Uno de los laterales está  construido de madera en su totalidad, formando unas repisas muy funcionales además de refinadas con estilo clásico. La calidez predominante se ve acrecentada con complementos como las alfombras o lo cuadros.

Continuamos nuestra visita y llegamos a un pequeño espacio con una elegante cama con forma de diván. Esta habitación tiene unos grandes ventanales que nos comunican directamente con una parte del porche exterior y a través de los que penetra una gran cantidad de luz natural. En otra de las paredes laterales hay un pequeño ventanal con forma de semicircunferencia y líneas más orgánicas. Los marcos que rodean ambos ventanales son de madera y de un refinado color verde oscuro que aporta personalidad a este ambiente.

Las baldosas de estilo rústico con las que está hecho el suelo tienen una peculiar forma hexagonal además de un atractivo color granate, características que se unen al estilo rústico del resto de componentes.

Este dormitorio cuenta con un práctico vestidor de estilo clásico construido con madera en su totalidad, al que está comunicado a través de un bonito arco, también de madera.