Nos trasladamos en este reportaje al noreste de Madrid, concretamente al distrito de Hortalezas, cuyo nombre proviene de una derivación de la palabra “Fortaleza”. Antaño fue una villa bordeada por pequeños arroyos, dedicada a la agricultura y al asueto de los nobles. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, concretamente en el minuto en el que se repobló el territorio conquistado a los musulmanes. De dicha dilatada historia, aún a día de hoy, dan fe el trazado original de algunas de sus calles, o la presencia impertérrita de ciertos edificios, como la Ermita de San Blas o la de San Matías. A día de hoy forma parte de la capital y protagoniza desde hace algunos años un importante desarrollo urbanístico e inmobiliario, tanto es así que se han ido mejorando sus comunicaciones y acceso de forma exponencial con el resto de la ciudad, proveyendo al distrito de dos estaciones de cercanías, complementadas por varias líneas de metro ligero y autobús. Por carretera, podemos acceder a través de la M-11, que comunica el distrito con el Aeropuerto de Barajas y con la M-40 y, al oeste, con la M-30, A-1 y M-607. Prueba de las bondades de este enclave, son la proliferación de zonas residenciales de chalets y pequeñas urbanizaciones cerradas que atesoran extensas zonas ajardinadas, sobre todo circundando el radio del Parque del Conde Orgaz, donde se ubican preciosas casas de lujo, como la que se presenta en este reportaje, y una amplia cartera de servicios sanitarios y educativos (entre otros), como, por ejemplo, la exclusiva Escuela Montessori o el Liceo Francés.

Es a mediados de siglo cuando se produce una verdadera transformación del territorio. En los años cincuenta se proyectan dos poblados satélites, uno en los alrededores de la Casa de las Manoteras y otro en Canillas. Posteriormente se ampliaron con los poblados dirigidos, de mayor calidad que los anteriores y destinados a los nuevos emigrantes que llegaban en masa desde las zonas rurales de España. También es en esta época cuando aparece la urbanización de lujo “Parque Conde de Orgaz” y, a lo largo de la antigua carretera de Hortaleza, el barrio de “Pinar del Rey”.

Ambassador expone hoy un increíble y majestuoso chalet de 1.150 m2 construidos en una parcela de 1.285 m2 . Con estas dimensiones, se pueden hacer cargo de la amplitud de las estancias que vamos a conocer en breve. Dispone de unas privilegiadas vistas dirigidas al Parque Conde Orgaz y unos maravillosos exteriores en los que apreciamos alegres jardines y la piscina que se muestra en estas primeras imágenes. Se trata de un inmueble de muy reciente construcción que cuenta con un original diseño y una moderna estética que combina hormigón, revestimientos de madera y grandes ventanales que, en su mayoría, dan acceso a distintas zonas exteriores tales como porche y terrazas, como podemos apreciar en la imagen inferior donde visualizamos la vista del agradable porche al que se accede desde el salón, y que, a su vez, da acceso a la piscina. Ésta se halla parcialmente cubierta por una estructura de vigas de madera que dan continuidad a la pérgola que cubre el porche. Asimismo, se encuentra acristalada por ventanas correderas en sus laterales.

Además de los exteriores, la vivienda consta de tres plantas. La planta baja hallamos un gran hall con doble altura de techo, aseo de cortesía, la cocina que conoceremos más adelante, con comedor de diario y zona de servicio con entrada independiente, y salón – comedor desde donde pasamos al porche y a la piscina. En la planta intermedia, encontraremos un amplio distribuidor, suite de invitados con baño, vestidor y terraza, dos dormitorios, un baño adicional, y la suite principal con baño y vestidor incluidos y desde la cual se accede a una terraza exclusiva para dicha estancia. La planta superior dispone de dos dormitorios individuales, dos baños completos e independientes y una adicional sala de estar con acceso a una nueva terraza, orientada al Parque Conde de Orgaz. Por si fuera poco, esta vivienda cuenta también con un enorme garaje con capacidad para seis coches, zona de spa, gimnasio, trastero, despensa, bodega y sala de juegos. Sin duda, esta vivienda no escatima ni en espacio ni en detalles y comodidades. Veamos cada uno de sus rincones en las siguientes fotografías.

Sobre estas líneas observamos el salón. Como podemos comprobar se trata de una enorme estancia divida en varias zonas y a distintos niveles. Apreciamos que cada uno de estos ambientes son amplios y luminosos, y tanto el suelo de parqué como el mobiliario de madera armonizan el ambiente generando una confortable sensación de bienestar. Frente a la vista del espectador vemos, a la izquierda, una original suerte de pared de madera flotante que separa la zona de comedor de la del salón que nos ocupa. En la parte derecha, junto al televisor, vemos una también muy original chimenea de cristal encastrada en la pared. En la imagen de abajo observamos la vista desde el lado opuesto, donde se observan los grandes ventanales, responsables de que la estancia sea tan luminosa, y que regalan unas tranquilas y agradables vistas al Parque Conde de Orgaz. Podemos advertir aquí que todos los ventanales de la vivienda son de corredera automatizados por un control eléctrico.