Al comedor se accede a través de la puerta cristalera que vemos en uno de los laterales, lateral que se configura como un ante comedor, separado visualmente por columnas en mármol sin pulir, al estilo de las que ya vimos en la entrada del palacete.
La gran luminosidad conseguida por las amplias ventanas situadas en dos de sus paños nos permite observar el soberbio solado en tarima de marquetería realizada en roble con inclusiones de palosanto, a juego con trincheros y vajilleros integrados sobre los muros, con cubiertas en mármol verde jaspeado. A señalar también aquí la riqueza de las escayolas decorativas.

Una simple observación sobre el distribuidor de la primera planta puede ahorrar cualquier tipo de comentario. Se inunda de luz a raudales a través de las grandes puertas cristaleras que salen a una terraza con vistas sobre gran parte de la propiedad. Al fondo, junto a ellas, la puerta de doble hoja que da acceso a la suite principal.

Una nueva vista del distribuidor nos permite observar la zona de estar situada en su fondo, apoyada en una decorativa ventana con cristalera policromada.

El amplísimo dormitorio de la suite principal permite definir distintos ambientes, de lectura, de trabajo, de TV, etc.
Los techos aquí también de gran altura.