La Florida es una de las más prestigiosas zonas residenciales de Madrid. Está situada a la salida de la capital por la Autovía Nacional I (Carretera de La Coruña), en su margen derecha y frente a las zonas de Aravaca y El Plantío.
Su cercanía al centro permite disponer de todo tipo de servicios a solo unos pocos minutos de distancia. Un entramado de cuidadas calles define parcelas, normalmente de gran dimensión, sobre las que se asientan chalets de carácter marcadamente señorial, edificados a partir del inicio de la segunda mitad del pasado siglo.

En la zona más cercana a la capital, lo que le presta un rápido acceso a Aravaca y a la nueva zona de residencial de Valdemarín a través del Camino de la Zarzuela, encontramos la soberbia propiedad que Ambassador presenta en este reportaje. Sobre un chalet de una sola planta edificado durante el año 1963 se realizo una reconstrucción total y añadido de una segunda planta en obras que acabaron el pasado año 2006.
Podemos considerar al edificio como totalmente nuevo pues del antiguo solo se aprovecharon los muros en granito de la sierra de Guadarrama y los suelos de alguna de las habitaciones, realizados en un extraordinario trabajo de marquetería en maderas nobles procedentes en su mayor parte de América del Sur.
Sobre estas líneas una vista general del palacete desde la entrada a la parcela, que dispone de una extensión de 3.080 m2, siendo la superficie construida de la vivienda de 800 metros cuadrados.

Una nueva vista de la fachada frontal del palacete. La planta baja en sillares de granito -como ya hemos dicho-. la segunda en mampostería revocada en un color "rosa tostado" particularmente suave; los muros en ambas plantas con grosor de más de cincuenta centímetros que logran un "efecto catedral" que garantiza en el interior de la vivienda un excepcional aislamiento térmico en relación con la temperatura exterior, tanto en invierno como en verano.
La vivienda dispone de sistema de calefacción por caldera de gas natural y tuberías radiantes bajo el suelo, excepto en los pavimentos antiguos realizados en madera para cuyos ambientes se han restaurado escrupulosamente los grandes y clásicos radiadores de fundición de hierro.

En esta vista del chalet podemos observar la piscina con su zona de solarium y parte del jardín y apreciar parcialmente la verja que protege la propiedad, original de un palacete madrileño del siglo XIX -derribado durante el inicio de la segunda mitad del pasado siglo- y cuya realización al día de hoy sería prácticamente imposible tanto desde el punto de vista económico como del artesanal.
En una de las esquinas posteriores de la parcela se dispone de una edificación independiente de muy discreto diseño destinada a acoger las habitaciones reservadas al servicio doméstico o guardeses.

Sobre estas líneas una nueva perspectiva del chalet en la que podemos apreciar el agradable jardincillo de tipo francés situado en uno de sus laterales, enfrentando a un estar-invernadero con cristaleras realizadas en forja de hierro lacada en blanco roto y diseñada al estilo de las del Palacio de Cristal situado en el parque de El Retiro madrileño.
La distribución de la vivienda, por plantas, es como sigue.
En la planta baja: gran porche de entrada con una soberbia puerta de doble hoja de grandes dimensiones, procedente también de recuperación, hall, gabanero y aseo de cortesía, en su frente la escalera que nos conducirá la planta superior, a la derecha -en abierto- el paso a la zona de recibo y a la izquierda el despacho-biblioteca. En la parte trasera del edificio (cerca del pabellón de servicio ya comentado y que podemos ver en el fondo derecha de la imagen) entrada independiente a oficio y cocina y paso al distribuidor general de esta planta, que también tiene acceso a través del comedor.