La calle de Arturo Soria, que se extiende en dirección prácticamente norte-sur a lo largo de cerca de 4 kilómetros en el noreste madrileño, es desde hace años una de las más reconocidas zonas residenciales de la capital. Su normativa urbanística solo autoriza vivienda individual, bien en parcela independiente bien en grupos de chalets adosados, y vivienda comunitaria en bloque abierto y rodeado de jardines. En esta zona Ambassador trabaja en dos diferentes tramos: el comprendido entre su cruce con la calle Costa Rica y la Avenida de San Luis y el comprendido entre Costa Rica y el Antiguo Hospital del Aire.
En una tranquila calle trasversal situada entre el centro comercial Arturo Soria Plaza y la estación de metro de Arturo Soria encontramos un pequeño conjunto de cuatro chalets adosados que se desarrollan en posición perpendicular a la calle, ocupando el objeto de este reportaje su extremo posterior por lo que se beneficia de su situación de pareado al disponer de tres fachadas al exterior.
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En la imagen una vista de la agradable pérgola que encontramos en el jardín, a la salida de la zona de recibo.
La superficie de la parcela es de 125 m2 y la de la construcción de 249 m2, metros que se desarrollan según un proyecto que contempla tres plantas principales más garaje y semisótano. El año de construcción de la vivienda es 1969 y desde entonces sus actuales y únicos propietarios han realizado en ella numerosas intervenciones para remodelarla en función de las cambiantes necesidades familiares y conservarla en perfectas condiciones. La última de estas renovaciones se realizó en el año 2007, con sustitución de gran parte de las instalaciones y rediseño total de los cuartos de baño.
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Sobre estas líneas una vista del jardín que rodean parcialmente al chalet, uno de sus grandes atractivos. Diseñado por el prestigioso paisajista Pedro Alajarín incluye entre su consolidada vegetación tres esplendidos cipreses, laureles, palmeras, un granado y numerosos macizos de perennes entre las que han buscado su hueco unas soberbios camelios.
El chalet, con fachada de diseño muy sencillo -realizada en ladrillo cerámico de doble cocción- presenta la siguiente distribución.
En la planta baja: pequeño porche de acceso, hall longitudinal que deja a su derecha un atractivo aseo de cortesía, al frente el paso a oficio y cocina y el arranque de la escalera a las plantas superiores y a la izquierda el paso a la zona de recibo y el arranque de la escalera que lleva al semisótano.
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En esta vista del hall podemos observar la citada escalera a las plantas superiores, con sus pasos realizados totalmente en madera maciza, la puerta que da paso a la escalera al semisótano y al fondo -en abierto- la conexión con la zona de recibo.
La zona de recibo se compone de un salón con un ambiente central y espacios de transición y un comedor con capacidad para ocho/diez comensales y que dispone también de comunicación directa con la cocina. Desde el salón puertas cristaleras nos dan paso a pérgola, jardín y piscina.
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Una nueva perspectiva del hall, tomada esta vez desde el ángulo opuesto. La puerta que vemos cerrada al fondo corresponde al aseo de cortesía y a la derecha la de acceso a la vivienda.
La primera planta se reserva totalmente a suite principal y en ella encontramos el dormitorio, vestidor, cuarto de baño y un estar-despacho.
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