La Florida es un clásico entre las más prestigiosas zonas residenciales de Madrid. Está situada a la salida de la capital por la carretera de La Coruña, en su margen derecha, frente a las zonas de Aravaca y El Plantío. Su cercanía al centro permite disponer de todo tipo de servicios a solo unos pocos minutos de distancia.
Un entramado de cuidadas calles define parcelas, normalmente de gran dimensión, sobre las que se asientan chalets de carácter marcadamente señorial con cuidados jardines de abundante vegetación y arbolado.

Todo ello hace que esta zona tenga una fuerte demanda inmobiliaria y que pueda decirse, sin temor a equivocarse, que las inversiones en ella realizadas tienen garantizada su revalorización tanto a medio como a largo plazo.
En una de las calles que constituyen uno de los ejes de la zona y cerca de un nudo a distinto nivel que permite la salida a la A-6 tanto en dirección La Coruña como dirección Madrid -lo que permite también su rápido entronque con la M-40- se encuentra la propiedad que Ambassador les propone en el presente reportaje.

Sobre una parcela de 2.800 m2 en suave declive, lo que permite colocar la edificación en alto y obtener bodega, discoteca, sauna, garaje y zonas auxiliares y de maniobra a nivel calle, se encuentra el chalet, que tiene una superficie total construida de 1.200 m2.
El proyecto de la vivienda -realizado por el estudio Lamela- se desarrolla según un plan que contempla una planta baja más otra primera con zonas parcialmente abuhardilladas, además del semisótano anteriormente comentado.

Con un estilo que nos recuerda el colonial francés el chalet nos presenta sus fachadas en ladrillo blanco y su cubierta, parcialmente amansardada, realizada en pizarra negra y con grandes ventanales corridos que aprovechan la luz que proporciona la orientación mediodía de la fachada principal.

En las fotografías de la presente página podemos ver, además de una panorámica de la entrada a la Urbanización, distintas perspectivas de la vivienda, de la que es difícil obtener una visión general, dado lo frondoso del arbolado que puebla su jardín.
Una de ellas reproduce la suave pendiente que hay que vencer para llegar al nivel de la casa, situada levemente en alto y que nos recibe con un gran porche de entrada, también reproducido en la foto de la derecha, sobre estas líneas.