AMBASSADOR - Referencia C19474
Chalet en LA MORALEJA - Página I
La
vivienda que nos ocupa toda nuestra atención está ubicada en la
urbanización La Moraleja, por todos conocidos como una urbanización de
lujo y residencia de famosos. Su historia se remonta hasta el siglo
XVIII cuando pertenecía a las tierras del rey Carlos III. Pertenece en
el presente al término municipal de Alcobendas, aunque dicen los
anuarios que tuvieron un intento frustrado de independencia del
municipio citado. Se encuentra enclavado justo al norte de Madrid muy
cerca del aeropuerto y de la autovía A-1 y rodeado por dos campos de
golf. Se caracteriza por ser una construcción de casas independientes
tipo chalets en su mayoría, ubicado dentro de un bosque
mediterráneo. Dispone en la actualidad de la llamada "milla de
oro" de la restauración, donde están ubicados los restaurantes más
afamados como "Araceli", La Máquina, Aspen, Casa Quiros, etc. |
Hablar de esta casa es hacerlo
de un lugar especial. Rodeada de un espacio verde, de césped y
frondosos árboles, se presenta este impresionante chalet individual de
mil metros cuadrados construidos, lleno de recovecos y contrastes. |
Tras este primer rincón, se alza una casa de grandes dimensiones y
estética majestuosa. Ya desde la entrada se desvela un escenario
inusual, dispuesto minuciosamente para iniciar un viaje de sensaciones
positivas. Sensaciones, que sobrevienen centímetros más allá de la
puerta de entrada y que se desbordan en la primera de las paradas: el
salón. Se muestra como un espacio abierto, de disposición heterogénea, pero armónica. Se halla escondido tras unas breves escaleras, adaptándose a la fisionomía del entorno, y dos impresionantes columnas dóricas estriadas, alzadas sobre mármol, flanqueadas por dos enormes y bellos jarrones de estética asiática, bajo un arco elíptico. Cuenta, además, con dos ambientes diferenciados: una primera zona de salón y otra de estar. |
Al
entrar encontramos un escenario lleno de luz, calidez y buen gusto;
repleto de alfombras estampadas, dispuestas para cubrir un suelo
cuidado, de tonos tenues, y crear islas con identidad propia. |
A
la derecha, por continuidad, se abre un espacio luminoso, de planta
rectangular; un salón de grandes dimensiones y perfecta estética,
flanqueado por un maravilloso reloj de pie, y teñido de una agradable
confortabilidad. No es extraño que en él converja un primer escenario
de estar con un conjunto de sofás clásicos, poderosos sillones
tapizados en verde oliva y mesa auxiliar en madera y detalles dorados.
Un segundo ambiente -centímetros más allá- repleto de cómodos sofás de
un precioso tono anaranjado, acompañados de bancos y sillones de madera
dorada, tallada, con tapizado de rayas a juego. O una preciosa
chimenea, elemento de unión entre ambos espacios, enmarcada en dorado y
en el blanco de dos delicadas columnas y la piedra que la rodea. Esta,
rodeada de mobiliario de almacenaje y exposición, de tonos blancos y
matices en madera, llega sin duda a matizar un espacio pensado para ser
disfrutado. |